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Capítulo 03.

—¿Por qué, Jimin? Respóndeme.

El cuerpo del ojimiel no reaccionaba, pero por más jodida que pareciera su mañana en esos momentos, lo jodida parecía su vida.

Hasta que lo sintió.

Sus mejillas se sonrojaron. Estar en esa posición en el suelo no lo favorecía en lo absoluto.

Sintió como salía de dentro suyo lentamente hasta el suelo, lo que probablemente era lo que creía.

Semen.

—¡Mierda!

Jungkook se acercó a él y lo alzó en brazos para postearlo en el nido que habían hecho ambos en medio de la cama del alfa.

—Está bien —besó su frente—. Descansa y no hablarás con ese beta.

Jimin quería gritarle y decirse que era un mal alf- una mala persona por prohibirle hablar con su mejor amigo.

✧✦✧

—¿Qué haremos, Hoseok? —Yoongi lloraba sobre el hombro del alfa castaño, mientras este colgaba más carteles de "Desaparecido" con la cara de Jimin—. Tal vez ya vendieron sus órganos —sus ojos estaban tan rojos e hinchados que espantaba a los peatones de la calle sin mencionar que su rostro estaba sonrosado porque por desgracia del rubio, él era una de esas personas que se ponían rojas por todo y más cuando sus emociones se encontraban elevadas.

—Calma, Yoongi. Él suele desaparecer días, pero siempre vuelve —intentó calmarlo Hoseok.

El castaño negó con la cabeza.

—No contesta mis llamadas ni mis mensajes —estornudó en su pañuelo blanco que volaba de su mano, el mismo con el que limpiaba sus lágrimas—. O un alfa se lo llevó.

Hoseok no podía negar que también se encontraba preocupado, por ello había imprimido una cantidad exagerada de carteles con los datos de Jimin para ubicarlo. Las veces que Park desaparecía era porque había llegado su celo o simplemente estaba en una de sus crisis existenciales del mes, pero siempre se mantenía en contacto y eso era lo que no había hecho estos últimos días. La policía estaba al tanto, ya había hecho la constancia y simplemente les tocaba esperar.

—Era tan joven —Min siguió llorando, mientras le pasaba más carteles para pegar.

—Yoongi, por favor.

✧✦✧

—Jungkook —llamarlo por su nombre era tan extraño que incluso sonaba inapropiado.

El alfa pelinegro volteó hacia él mientras limpiaba la habitación. Se había vestido con una camisa ajustada a su cuerpo fornido y bien formado y unos simples pantaloncillos.

—¿Te sientes mejor? No has comido adecuadamente-

—Mi celular —dijo Jimin—. Lo quiero.

La expresión del alfa cambió por completo.

—¿Qué es tan urgente como para necesitarlo tanto?

¡Todo! Mi celular es mi vida, hubiera dicho el ojimiel.

—He pasado tres días aquí, estoy seguro que mis amigos deben estar preocupados —la expresión de Jeon no cambió—. Por favor... ¿Alfa? —sus mejillas se tornaron rojas una vez que dijo esa palabra.

Jungkook salió de la habitación.

La cagué, pensó Jimin.

—Toma —el mayor llegó de inmediato con su celular en la mano—. No dejaba de vibrar así que lo apagué.

—¡¿Que hiciste, qué?! —quitó el celular de las manos del alfa y lo encendió rápidamente—. Mierda, mierda, mierda.

Cuando la luz de la pantalla le llegó al rostro, una infinidad de mensajes llegaron en su barra de entrada.

La mayoría eran de Yoongi y Hoseok, algunos de uno que otro colega de la empresa.

Iba a responder que estaba bien, que nada le había pasado y que no se preocuparan, pero la notificación de que Yoongi lo había etiquetado en una historia en Instagram lo detuvieron. Entró a Instagram y lo primero que vio fue un post de una foto tomada a un poste en medio de la calle y en el poste colgaba un cartel con su rostro y un grabado en grandes letras que decía "Desaparecido".

—¡AHHH! —era consciente de que gritaba como Regina George, pero poco y nada le importaba.

Jungkook entró al nido y tomó su rostro entre sus manos.

—Omega, ¿qué pasó? —su rostro estaba preocupado.

—¡Tú! —Jeon lo miró intrigado—. ¡¿Por qué entraste a mi nido?!

Al parecer ahora lo más importante no era que Yoongi estaba haciendo todo un movimiento con su ausencia, sino que su alfa desgraciado había entrado a su nido sin su consentimiento.

Jungkook salió inmediatamente de su nido, pero eso no era suficiente para Jimin. El omega saltó del nido hacia el alfa mientras lo agarraba por el cuello y sacudía. Ambos cayendo al suelo.

—¡Eres un maldito! ¡Desgraciado! ¡¿Eso harás cuando esté embarazado?! ¡Ogro! ¡Respeta mi nido!

Jungkook que intentaba detenerlo se quedó paralizado al escuchar la palabra "embarazo" y sonrió como idiota mientras el rizado lo sacudía como un trapo.

Jimin se percató de sus palabras.

Mierda.

Miró su nido y sintió una rabia inmensa al recordar que el alfa había entrado sin su permiso, pero se contuvo.

Dejó el cuello del pelinegro y se levantó.

—Digo... Apagaste mi celular y ahora mis amigos ya comenzaron a colgar carteles de desaparecido con mi rostro por toda la cuidad.

Jungkook también se levantó del suelo, encarándolo.

—Y yo me pregunto, ¿que hacían llamando a mi omega a esas horas? —parecía que le reclamaba.

—¡Porque son mis amigos! —Jimin estaba molesto—. ¿Por qué te doy explicaciones? Para empezar, ese es mi celular y no debiste apagarlo y segundo mucho menos esconderlo de mi.

—Soy tu alfa —el rostro de Jungkook se acercó al suyo.

Jimin que aún vestía simplemente con la camisa blanca del alfa, se sonrojó. Prácticamente estaba desnudo.

—Y yo tu omega —respondió—. Pero eso no te da derecho a intentar controlarme.

Su trasero aún estaba un poco húmedo.

—Claro que me da derecho.

—No —dijo firme—. Soy libre para largarme ahora sí quiero.

—Jimin...

—¿Ahora sí me llamas por mi nombre? ¿No era tu omega? ¡Oh, no! ¿Tu empleado que no paraba de coquetear con todo lo que se movía? —empujó el pecho del alfa al recordar—. ¡Muy alfa de tu parte!

—Jimin, por favor —Jungkook lo tomó de sus caderas empujándolo hacia su cuerpo.

—¿Por qué? —exigió saber—. Me has tratado de la mierda por un año y ahora me haces tu omega sabiendo que estoy enamorado de ti desde que te vi aún cuando me decías todas esas cosas...

—Porque le sonreías a todos menos a mi —respondió Jungkook—. Tu expresión siempre cambiaba cuando estaba frente tuyo, pero veías a cualquier otro y tus ojos se iluminaban...

—Eres un idiota —volvió a empujar su pecho, pero esta vez no lo alejo de él.

—Omega... —dijo el alfa, postrando su mentón en el hombro del omega. Lo estaba abrazando—. Eres mi todo, Jimin. Siempre.

Y no era mentira. Jungkook y Jimin ya habían tenido un montón de noches alocadas en el pasado, pero ninguna formal. Solo noches de sexo casuales que pasaban de vez en cuando y que al día siguiente no eran nada más que recuerdos, volviendo al mismo trato de siempre, pero eso se había detenido hace un par de meses atrás cuando Jimin había visto en el ascensor como cierto omega de bonitos ojos avellana besaba a su jefe. No era que fueran algo formal, pero tampoco eran desconocidos. Pasaban noches inolvidables como para que solo fuera un juego.

Lo besó.

Sus lenguas se volvieron a funcionar.

—No vuelvas a entrar a mi nido sin mi permiso —le dijo Park entre un jadeo, dejando de besarlo—. Alfa.

Jungkook pareció enloquecerse y apretó aún más su agarre en las caderas de su omega.

—Nunca más lo haré.

—Más te vale.

Volvieron a fusionar sus labios.

Jimin se olvidó completamente de sus amigos y el post de Instagram, pero Jungkook envío un "Estoy bien" en el chat grupal que el ojimiel tenía con sus dos amigos, antes de quitarse sus pantaloncillos.

Jimin abrió sus piernas de par. Mostrando su sonrosado agujero, sediento y listo para su alfa.

—¿Qué esperas?

—¿Puedo entrar? —preguntó Jeon.

—Si.

✧✦✧

Yoongi enloqueció con el simple mensaje que le había llegado después de tres días.

—Lo secuestraron y están enviando mensajes en su lugar —lloro más. Ahora se encontraban en una cafetería comiendo algo después de los días estresados que tenian.

Hoseok examinó el mensaje.

—Jimin siempre envía un emoji.

—¡Lo sé!

Min sonó su nariz en su pañuelo tan dramáticamente que parecía que se burlaba de la situación aunque era todo lo contrario.

—Debemos ir por él, rastreemos su ubicación.

Salieron casi corriendo de la cafetería.

Según Google, Jimin se encontraba en una de las zonas más lujosas de Seul.

—¿Estás seguro que es aquí? —preguntó Hoseok en el elevador del lujoso edificio. La ubicación los guiaba al penthouse.

—Si, los mafiosos o los traficantes viven en sitios así. ¡Desgraciados!

Bajaron del ascensor y lo primero que oyeron no fue nada agradable. Al parecer no importaba que fuera un sitio lujoso y más aún el penthouse, los gritos se oían hasta el pasillo. Gracias a Dios era el único departamento en el piso porque sino los vecinos si que sufrirían.

Se oían gritos, pero no cualquier clase de gritos...

—Creo que si están bien —dijo Hoseok.

—Si, vámonos.

Dieron media vuelta y corrieron nuevamente al ascensor.

Hoseok y Yoongi estaban al tanto de la relación que Jimin tenía con su jefe.

✧✦✧

Yoongi parecía un maniático por las calles de Seul, corriendo de un lado a otro arrancando los pósters en las paredes y postes.

Hoseok se reía al verlo en tal estado.

—Hobi, ¡ayuda en vez de burlarte!

✧✦✧

—¡Sí, así!

Jungkook embistió más fuerte, tocando ese lugar que tanto derretía a Jimin.

La cama de madera, importada de Italia con diseños floreados hechos por un escultor, rechinaba contra la pared constantemente.

—¡Ah! —Jimin se corrió sobre el abdomen de ambos. Jadeando.

Su piel resplandecia del sudor y sus rizos estaban completamente revueltos, mientras sus ojos brillaban de la humedad del éxtasis que sentía en su cuerpo.

El nudo se formó y Jungkook no evitó volver a remarcar la marca en el cuello de su omega, haciéndolo gritar.

—¡Ahhh!

—Eres mío.

—¡Jungkook!

Jimin estaba sonriendo... Le estaba sonriendo.

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